Totalmente en desacuerdo. Si el autor quiere hablar de Dios, como a él le parezca, es su problema. Él está expresando sus ideas, creencias y demás; siendo él mismo, sería súper malo tener el talento y el don de hacer novelas, y también escribirlas y ver la manera en cómo puede complacer a todo el mundo. La novela es atractiva, y no la hace menos atractiva ni llamativa, que el autor quiera transmitir una fe.
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